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Dirigido al Presidente del Honorable Concejo Deliberante Sr. Diego Herrera y a los Presidentes de los diferentes bloques que lo componen:
 
· VIAS CICLISTAS
· PACIFICAR EL TRANSITO
· CONTEXTO SOCIAL
· GLOSARIO
· CONDICIONES DE DISEÑO
 
VIAS CICLISTAS
¡La mejor vía ciclista es la que no hace falta!
 
Si el diseño de calles y rutas contemplara desde su concepción el paso de los posibles usuarios, y las políticas de transito promovieran sistemas de transporte de bajo impacto, circular en bici seria mucho más placentero y seguro. Y muchas veces resultaría innecesaria la infraestructura cicloviaria.   
 
Pero nuestra cotidianidad marca otra realidad. Y entonces, la segregación de trayectorias entre vehículos de diferente porte y velocidades, se muestra como una herramienta eficaz. Segregación que expresada en bicisendas, ciclovías, carriles, preferencia de paso o exclusividad, será eficaz en la medida que pueda dar resolución a los conflictos que la generan.
 
Es por esta razón que la pacificación del tránsito resulta la principal medida a favor de la integración ciclista a la trama viaria. Este concepto se complementa con la construcción de ciclovías en las calles y avenidas más importantes, entramadas con ciclovías de interconexión y borde.
 
En esta sección intentaremos analizar la obra cicloviaria disponible, compararla con otras experiencias internacionales, clasificar sus tipos y difundir los conceptos básicos que deberían regir su diseño. También generar un espacio de reflexión y discusión, para la participación de usuarios y técnicos.
PACIFICAR EL TRANSITO
Existen desequilibrios físicos, económicos, culturales y urbanísticos a favor del vehículo automotor privado. La promoción de otros medios de transporte, por si sola, no alcanza para modificar esta situación.
Es necesario entonces pacificar el tránsito, entendiendo por ello a la reducción forzada de la cantidad de automotores privados y de sus velocidades de circulación. Reducción que genera menos peligro, contaminación y congestión, beneficiando al tránsito ciclista independientemente de la construcción de infraestructuras ciclistas.
Implantar carriles exclusivos para transporte público, peatonalizar calles y ensanchar veredas, tomar conciencia de utilizar en menor medida la circulación de automóviles y su estacionamiento en vía pública, cobrar peajes diferenciales, dificultar el transito pasante en vías secundarias o implantar reductores de velocidad, son algunas de las herramientas disponibles que, junto a modificaciones normativas de los límites máximos de velocidades de circulación, permiten pacificar el tránsito.
CONTEXTO DE LA OBRA CICLOVIARIA
 
La construcción de vías ciclistas debe valorarse ajustadamente dentro de las acciones de promoción de la bicicleta como medio de transporte. Promoción, que un enfoque sistémico no basaría solo en la oferta de infraestructura, sino que tendría en cuenta el contexto social en el que se decidirá utilizar la bici.
 
Toda política de fomento al ciclismo urbano constará entonces de una planificación que contemple los aspectos educativos, culturales y normativos que condicionan la actividad, conteniendo -sin sobrevalorarlas- sus premisas ingenieriles. El plan debe tener presupuesto y prever tanto la participación ciudadana como la evaluación de resultados.
 
Siguiendo los lineamientos del manual de Alfonso Sanz (1) podemos definir entonces las siguientes faces:
 
· 1) Planificación: cuando las actuaciones no se integran en una planificación conducen al aislamiento y fracaso. El primer paso será la identificación del destinatario, los obstáculos y condicionantes de la promoción.
· 2) Ingeniería: los proyectos de obra deberán articular coherentemente los distintos tipos de vías en una red general, de tal forma que no se conviertan en retazos aislados.
· 3) Educación y cultura: el proceso educativo deberá establecer un nuevo marco valorativo del uso de la bicicleta como medio de transporte, que beneficia no solo a quien la utiliza. Y en lo que tradicionalmente se denomina educación vial, esta no debe estar dirigida solo a los ciclistas sino al resto de la población.
· 4) Promoción: si en general la población es mucho más favorable a las políticas en favor de la bicicleta que lo esperado por los “formadores de opinión” –medios periodísticos, técnicos y políticos-, tampoco hay que sobredimensionar las expectativas de cambio basadas en meras campañas de promoción. Estas últimas deberán coincidir con la inauguración de algún tramo de vía ciclista. Por último la acción no debe restringirse en tiempo y espacio.
· 5) Financiación: la misma debería depender de un Fondo de Afectación específico derivado de peajes, estacionamiento o patentes de automotores. Lo presupuestado deberá ser gestionado por una sección de la administración enteramente dedicada al tema de la bicicleta.
· 6) Participación: la participación ciudadana es una exigencia democrática, pero además una garantía de coherencia y paliativo de la falta de experiencia ciclista de muchos “decisores” gubernamentales. La conformación de una Comisión Asesora de Bicicleta se presenta como una herramienta imprescindible.
· 7) Normativa: se deberá pensar en su proyección a mediano y largo plazo.
· 8) Evaluación y Seguimiento: etapa muchas veces obviada, o minimizada, ya que los resultados de una política de promoción de la bici no deben medirse exclusivamente por el número de ciclistas que utilizan una vía. Habría que analizar fenómenos como la migración de accidentes o compensación del riesgo.
 
(1) La bicicleta en la ciudad. Ministerio de Fomento (España) Alfonso Sanz y otros.
GLOSARIO
El Código de Tránsito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, incluye definiciones para vías ciclistas. En este glosario las incluimos juntos a otras relacionadas.
ü Accesibilidad: Capacidad de llegar en condiciones adecuadas a los lugares de residencia, trabajo, formación, asistencia sanitaria, interés social, prestación de servicios u ocio, desde el punto de vista de la calidad y disponibilidad de las infraestructuras, redes de movilidad y servicios de transporte. 
 
ü Bicicleta: Ciclorodado de dos ruedas.
 
ü Bicisenda: Sector señalizado y especialmente acondicionado en aceras y espacios verdes para la circulación de ciclorodados. Las bicisendas se pueden instalar siempre que no generen conflictos con la circulación peatonal y sólo cuando en los tramos de arterias correspondientes no exista posibilidad de demarcar una ciclovía o ciclocarril.
 
ü Ciclocarril: Sector señalizado especialmente en la calzada para la circulación con carácter preferente de ciclorodados. Se entiende por carácter preferente que en ese sector de la calzada rigen reglas de circulación particulares adecuadas para la seguridad de los ciclorodados en un área que comparten con otro tipo de vehículos.
 
ü Ciclorodado: Vehículo no motorizado de dos o más ruedas, impulsado por mecanismos con el esfuerzo de quien o quienes lo utilizan.
 
ü Ciclovía: Sector de la calzada señalizado especialmente con una separación que permita la circulación  exclusiva de ciclorodados.
 
ü Movilidad: Conjunto de desplazamientos que las personas y los bienes deben hacer por motivo laboral, formativo, sanitario, social, cultural o de ocio, o por cualquier otro.
 
ü Movilidad sostenible: Movilidad que se satisface en un tiempo y con un coste razonables y que minimiza los efectos negativos sobre el entorno y la calidad de vida de las personas.
CONDICIONES DE DISEÑO
La bibliografía que recoge experiencias de diseño cicloviario, sobre todo europeas, nos brinda un conjunto de normas para el trazado de calidad. Sin desmerecer los beneficios de esta normalización, la aplicación automática de reglas sin planificación y observancia del contexto social, sumada a la falta de experiencia en nuestro país en este tipo de obras, puede producir resultados ineficaces y onerosos.
Para ayudar a pensar una vía ciclista que permita circular de una manera cómoda y segura, proponemos las siguientes pautas básicas:
· Prioridad de diseño sobre la calzada
· Conectividad con el mayor número de potenciales puntos de origen y destino, por el trayecto más corto.
· Continuidad de su recorrido.
· Conflictos con peatones evitados procurando no restarles espacio o seguridad.
· Segregación / Integración según particularidad de cada sector del trazado.
· Geometría resuelta según función de la vía y número de usuarios previstos.
· Sentido de circulación preferentemente unidireccional.
· Intersecciones con tratamiento específico.
· Puentes y pasos a nivel o desnivel que contemplen el paso y la seguridad del ciclista.
· Señalización que resulte evidente tanto para el ciclista como para el resto de los usuarios.
· Pavimentación de calidad.
· Iluminación artificial adecuada
· Costos de ejecución y mantenimiento cuyas necesidades tiendan al mínimo.